sábado, 31 de mayo de 2008

Historia interminable



Un "rubito escritor granaíno" me pasó anoche un reto en forma de historia interminable con el fin de que continuará. Llegué relativamente tarde a casa después de un día crudo y blablabla, y fui incapaz de ponerme pero ya saqué un ratejo. Estas son las instrucciones:


1. Cada persona pondrá el nombre de su blog delante de sus frases.
2. Enviará la historia a dos personas.
3. Las siguientes personas, al copiar el post, borrarán las direcciones de blog puestas, harán sus líneas y se las mandarán a otras dos, así sucesivamente.
4. No se puede devolver el post a la persona que te lo envió.
5. Y si te vuelve a tocar, no se la puedes enviar a la misma persona que se la enviaste.
6. El blog número 100 terminará la historia y se la mandará al email leinad19xico@hotmail.com
7. Si tenéis alguna duda ya sabéis donde localizarme (aunque lo cierto es que hay cosas que no tengo muy claras...como cuando se sabe si se ha llegado al blog 100...pero es cosa de preguntar al emisario...)
8. ¡Ah! Última y muy importante regla: la persona a la que aviséis de que es la siguiente, sólo tiene un día para coger el relevo, si en un día no lo ha hecho no vale, y se lo tenéis que comunicar y cambiar de blog.Si esto sale bien, durará un máximo de 100 días y serán unas 1000 frases. El responsable de la idea es http://www.melees.blogspot.com/


Aquí os dejo el relato que se ha ido formando:


HISTORIA INTERMINABLE

Era impensable, no me lo podía creer, mi mente daba vueltas una y otra vez y no conseguía ser consciente de lo que había pasado, ya no había vuelta atrás, era todo tan confuso.Miré durante unos instantes el martillo ensangrentado, lo envolví en un paño que encontré en el primer cajón de la cómoda y lo escondí en el fondo del armario. A los tres minutos me encontraba en la calle, necesitaba airearme, pensar...En aquellos momentos mi mente aún no estaba preparada para ello... el aire gélido de la mañana cortaba mi rostro como un cuchillo acerado, aún sentía en mi pecho el ritmo acelerado de mi corazón sobresaltado por los espeluznantes hechos que había, en fracciones de segundo, vivido...

Aún no podía explicarme cómo demonios había llegado el martillo hasta mis manos y porqué reaccioné de la forma tan brutal como lo hice... Sólo sé que había acabado todo, que era el fin de mi tortura y el comienzo de una vida mejor.Por primera vez, me sentí libre. Había logrado lo que estaba deseando hace mucho tiempo. ¿O realmente yo no lo había deseado nunca? Solamente las circunstancias me habían hecho llegar a aquel extremo en el que me encontraba.No, seguro que detrás de todo aquello había una fuerza misteriosa que me apoyaba. La pregunta era ¿Por que? Sacudí la cabeza.No me debía engañar por más tiempo, no, yo ya sé mi verdad, pero al estar dormitando tantos segundos de mi vida me va a costar desperezarla. Tal vez, la bruja de mi suegra no merecía brecha de tales dimensiones en su cráneo. Sin embargo, por una vez, creía haber hecho lo correcto.Por otra parte si yo no la hubiese atacado a ella quizás ahora sería yo la victima. Porqué a decir verdad la relación con mi suegra siempre había sido de amor-odio. Pero ya había pasado todo y no era hora de pensar en "si hubiera sido de otra forma". Ahora tenía que explicarle a mi pequeña hija Andrea que ya no vería más a su malvada y querida abuelita.

Sentí un ruido lejano, parecían las agujas de un reloj y esto hizo que me sobresaltara. Estaba un poco aturdida, ¿se trataba sólo de un mal sueño? Me dirigí al último cajón donde creía haberlo guardado y toqué algo frío y húmedo. Algo extrañamente húmedo en un cajón. Retiré la mano instantáneamente, me asusté, aquel objeto no me resultaba familiar, pero la duda me carcomía por dentro. La eterna lucha entre la curiosidad y la prudencia, pues yo, en el fondo, sabía que debería cerrar ese cajón para siempre y olvidarme de lo que había tocado, pero no fui capaz de resistirme y volví a introducir temblorosamente la mano. Mientras cientos de instantes paseaban fugazmente por mi cabeza, pensé que lo tenía todo embrollado, estaba perdida. Me había metido en un montón de negocios insensatos en lugar de pensarlos despacio y con método. Las facturas de los gastos de mi propia casa y de mis aventuras en el juego se acumulaban hasta el infinito...


Suspiré y me dispuse a esconder todos los rastros de mi acto. He de limpiarlo todo antes de que lleguen mi marido y mi hijo. Arrastré el cadáver hacia la bañera de la planta de abajo. Una sonrisa fugaz asomó en mi rostro cuando pensé que, a pesar de que tenía a mi suegra por una cabeza dura, su cráneo se rompió con bastante facilidad. Supongo que casi cualquier cosa se rompería con facilidad con un martillo de acero tan pesado.

Lo primero era decidir que hacer con el cadáver, tenía varias opciones para deshacerme del cuerpo, pero debía pensar con calma, cúal sería la que contaba con menos posibilidades de no ser descubierta por la policia. También debía buscarme una coartada, mi suegra estaba de visita y muchos familiares lo sabían. Pero lo primero es lo primero, hacerla desaparecer.
Barajando varias posibilidades, al final he decidido descuartizarla en la bañera, para después tirar sus restos en varios contenedores, para ello me iré a otra ciudad y puede que a otra provincia, tengo que echarlos a los de basura orgánica y la trituradoras de basura harán el resto. Creo que esa es la mejor solución por ahora.

Pero, ¡mierda!, ¿cómo coño iba a descuartizarla si no tenía ninguna sierra? Afortunadamente, una bombillita iluminó mi azorado cerebro. Fui corriendo hasta la cocina y rebusqué en uno de los armarios. ¡Bingo! Siempre supe que los cuchillos de la Teletienda acabarían por servirme para algo. Ahora sólo faltaba comprobar si realmente eran capaces de cortar cualquier cosa, como afirmaba muy ufano el chinito que los anunciaba. Volví al cuarto de baño con mis instrumentos de trabajo y comencé la ardua y repugnante tarea.

Con paciencia y esmero, con una exactitud pasmosa gracias a un interesante libro forense de un familiar, empecé a despedazar la rodilla. Introduje el punzante objeto contundentemente, el carnicero lo hacía, y no parecía muy difícil.
De hecho, resultaba extremadamente placentero pensar cómo iba eliminando pedacito tras pedacito a aquella miserable mujer que había arrasado y teñido de resentimiento los años más adorables de mi estúpido matrimonio. Todas las mujeres odian a sus suegras y yo no estaba dispuesta a ser una excepción. Lo malo es que el odio había acabado en que sostuviese una cuenca ocular con mi mano izquierda mientras pensaba: "nunca conseguiré entender cómo hay gente a la que le pone la sangre. A mí me vuelve de lo más maléfica". NO hizo falta que proclamase sus carcajadas en voz alta.


Todo fue rápido. Acabé la tarea, llevé las bolsas -cuatro fueron suficientes- al contenedor de la esquina y volví a casa. Entonces encendí un cigarro, llamé a Julio y le dije: "Julio, tu madre no ha vuelto aún, empiezo a preocuparme, llámame cuando puedas". Luego fregué los restos de sangre y me duché. Cuando salí de la bañera me miré en el espejo y comprobé la curvatura del vientre. Aún desnuda eché un vistazo en la habitación del bebé; faltaban cuatro meses y era importante poner las cosas en orden. Una tenía sus prioridades y, a pesar de lo que pudiera parecer, sus remordimientos. Pero ninguno por lo que acababa de hacer. Esa noche me metí en la cama con las sábanas limpias y frías, un nudo en la garganta y el corazón palpitante. Me sentía viva, podía oír hasta el canto del último grillo de la urbanización. Me masturbé, me retorcí en la cama y caí rendida. Más tarde soñaría con un amor de la universidad.

/kloverkirov/Sin duda, fue una buena noche; al despertar me encontraba extremadamente alegre y llena hasta los topes de energía. Ni una gota de remordimiento. Era muy temprano y Julio, que debía haber llegado a casa a horas intempestivas, seguía dormitando en el lado izquierdo de la cama; acerqué mi cara a escasos centímetros de la suya, sonreí: incluso durmiendo mantiene esa mueca de gilipollas, pensé. Me había desnudado casi del todo y ahora sentía un cosquilleo en el abdomen, efecto de la fría corriente que salía de la ventana, así que, de un salto, me dirigí hasta la bata roja. Al pasar por el baño e intuir la bañera por el mínimo hueco que dejaba la puerta entreabierta con respecto a la pared, un impulso enorme se apoderó de mi./kloverkirov/

De momento así se queda; mis elegidos para continuar son el burbujero Yasi y la furci Uve. ¡Todo vuestro!

3 comentarios:

El mundo de Yas (Andrés) dijo...

Es un poco tocho esto...
No podias haber escogido a otro...???
Es que verás, no te enfades... pero... te agradezco la elección pero es que si soy sincero hoy no me aptc ponerme con el temita...

jijiji...

Un besote Guapa.
Andriusssss!!!

Klover dijo...

jajajajajaja...haces bien Andrew...yo lo hice para no dejar colgado a Brian...pero la historia no es muy allá...y encima es larga de cojones...Me da a mi que por lo menos por este blog la historia va a quedar rematadamente terminada...

(estoy hasta por borrarla incluso...que me hace daño a los ojos tanta letra...)

Klover dijo...

Quien quiera que lo contiue...yo no voy a "nominar" a nadie más...soy consciente de que es un coñazo...

Bueno, voy a ver si actualizo y esas cosas...

En buena hora metí este mamotreto...xD (me estoy controlando para no borrarlo.^^)