sábado, 30 de enero de 2010

A tontas y a locas

Ya que tengo temporalmente acceso a inet, que menos que aprovechar.

Dejando aparte el lío de la mudanza y otros "estréses" de los que será mejor no hablar y que hay que esforzarse por tomarse con filosofía como bien predica mi querido compañero de piso, ando liada preparándome mi papel en la obra en la que participo: Fuera de quicio, una comedia ambientada en un manicomio.

Mi personaje: la señorita González, una subinspectora de policia que acaba en el manicomio para investigar el asesinato de la mujer del director del centro. Debo admitir que estoy algo nerviosa: es una responsabilidad y quiero conseguir lo máximo posible, aunque realmente estoy haciendo malabares para poder con todo: exámenes tanto de aquí como de allí, mudanza, aprenderme bien el texto.

Estos meses serán intensos en cuanto a ensayos, el estreno será a mediados de mayo. Ya iré informando, mientras tanto me enfrasco en el guión.

sábado, 23 de enero de 2010

Pause



Anoche el gato se cargó la clavija del cargador así que no puedo encender el ordenador hasta que no consiga otro, por lo que los escasos momentos en los que pueda acceder a la red no van a ser dedicados al blog, sobre todo ahora que (se supone que) estoy de exámenes. No tardaré en volver o eso espero.

lunes, 18 de enero de 2010

Sucedió en...

A veces una entrada es simplemente una anécdota, como es el caso...; una anécdota que la pereza me impidió escribir en su momento, allá por las pasadas navidades:

A pesar de mi nula creencia religiosa y mi escaso gusto por esas iluminadas fiestas, este pasado diciembre me vi enfrascada en un proyecto un tanto peculiar: participar en un belén viviente gigante, una representación bastante famosa en Sevilla (por lo menos en Los Remedios) que tiene como nombre "Sucedió en Belén" (para saber una pizca más pincha aquí).

Mi labor no fue otra que, ataviada de túnica, ¿manto? para tapar el pelo y un poco natural maquillaje, hacer las veces de narradora de una representación del nacimiento de Jesús muy completa y trabajada, de unos 20 minutos por función. La teoría era que, junto a otro narrador y un par de críos que hacían como que nos escuchaban sentados a un fuego, fueramos narrando lo que iba sucediendo a los espectadores; cuando esto ocurriese, la cabañita donde íbamos a estar los cuatro se iluminaría para que se nos viera bien desde las gradas.

En la práctica, la preocupación por hacer bien el papel se esfumaba y los dos narradores nos convertíamos en unas improvisadas niñeras, desviviéndonos para que los críos a nuestro cargo no la liaran (o que, por lo menos, no se notase).

Más allá del Palacio de Herodes había aun más "territorio belenístico": la montaña de los pastores. Todo ello en un polideportivo.

Me tocó ser narradora dos días consecutivos: en el primero dos niñas de culo inquieto nos pusieron a prueba: era complicado conseguir que no dieran voces durante la representación, que no hicieran lo que les diera la gana cuando los focos nos alumbraban... Pero el segundo día fue el que ha motivado esta entrada: esta vez solo había una niña (una diferente) porque no sé qué coño le había pasado a la otra. Como los nombres dan igual me los voy a inventar.

Nuria: enana de 7 años, resabida, madura y cabezota. Ramón: el narrador, chavalito de bachillerato.
Nuria no dio mucho por culo, al estar sola no tenía nadie de su edad con quien entretenerse así que a lo que se dedicó fue a prohibir la entrada a la cabaña al resto de niños como buena marimandona y a quererse subir solo a las rodillas de Ramón, que "no es que no quisiera estar conmigo pero que prefería estar con él".

Lo fuera de lo común vino justo al empezar la última representación: Nuria le dije algo al oído a Ramón segundos antes de que le tocara actuar, éste se empieza a descojonar en medio de la obra y justo cuando las luces nos enfocan. Al rato me lo cuenta: Nur
ia le había dicho que quería que se intercambiaran los teléfonos, que le quería conocer mejor. No pude evitarlo y empecé a reírme yo también. La niña, que con sus siete añitos había tenido "cojones" y lo había dicho totalmente en serio, se nos cabreó y con razón. Vino corriendo hacía mi y no me dejo de abrazar durante el resto de función,sentada, esta vez si, sobre mis rodillas, pasando de Ramón con una sangre fría impresionante.

Con mucha paciencia y mano izquierda conseguimos convencerla de que Ramón no podía dejar a su novia por ella y al final se salió con la suya e intercambiaron teléfonos. Por lo visto Ramón le llamó el día de reyes o eso me dijo que haría. Tiempo al tiempo, pero Nuria dentro de otros siete añitos es la reina del mambo...

Aunque en las fotos no se aprecia del todo, el belén era tremendamente grande. Arriba pone "portal" que no se ve del todo bien.

domingo, 10 de enero de 2010

Gaia

Hace ahora mismo poco más de veinticuatro horas que recogíamos a Gaia en Triana. El día ya había estado completito: visita al Museo de Bellas Artes, al Castillo de San Jorge y al mercado de Triana, de donde salimos con aceitunas negras y pepinillos en vinagre y una cita para recoger a una cachorreta de bodeguero que regalaban, por la tarde. También aderezamos la mañana y el mediodía con cervecitas y un tapeo muy en condiciones en Las Golondrinas. Poco más tarde nos encontramos a unas joteras... y después de un Barcelo Cream y unos veinte minutos de espera Gaia ya estaba en nuestros brazos.

Lleva poquito en casa y al gato todavía no le cae bien, básicamente porque "huele muy fuerte y es rara". Está rolliza y es muy torpona... aun no le he visto andar en condiciones. Es una máquina de dormir y cuando no está haciendolo enseguida se pone a llorar si no está encima nuestra.

Ya iréis conociéndola mejor (si es que alguien me lee xD).

martes, 5 de enero de 2010

Tatuaje

No me apetecía pensar un título más elaborado y, total, así no hay lugar para equivocaciones... Aunque ya sea (bastante) vox populi, qué menos que dedicarle una entrada a mi nuevo inquilino; llevaba ya un tiempo considerable rumiando la idea y por fin ya lo tengo conmigo: un trebolico de tres hojas la mar de lindo en mi omoplato izquierdo.




Confesar que un puñadito de nervios si que se han colado: tanto por el "cómo saldrá" (no estaba muy contenta con la actitud de la casa de tatuajes porque no parecían estarse tomando muy en serio lo de los modelos y tal... pero al final el resultado ha sido el buscado) y el come-come de los tan sonados efectos dolorosos en la piel... que al final se han quedado en una simple sensación de calor un tanto extraña.

Poco queda decir sobre él: que está siendo cuidado con lavados y crema y que espera que llegue el buen tiempo para poder salir de su escondrijo...;por mi parte no hago más que acercarme al espejo a mirarlo de rato en rato, que ya me resulta hasta pesao...pero no puedo evitarlo.

Gracias (las veces que hagan falta) a mi rey mago particular.