lunes, 4 de febrero de 2008

Aire



Me he tragado una canción, tres melodías, quince silbidos, un quinteto de viento y metal. De nada o poco me ha servido pues el hambre continúa envolviéndome en sus cortinas y mi interior sigue aplastado, inútil y gris, ahora nublado por el humo de la cuarta señora de la fila. Sobrevuelo los aledaños del edificio, entro y salgo del vestíbulo evitando así el tabaco de la oronda mujer, que intenta camelar al guarda para que le deje entrar antes al recinto. Las normas son las normas, no puedo hacer nada por usted.

No es temprano pero en la calle Castelló una serpenteante fila de pies, cabezas, sombreros y visón preside en solitario la acera. Me acerco prudentemente, con la seguridad de no ser visto pero quizá si percibido, a husmear en los bolsillos y perfumes de los pacientes transeúntes. Nada interesante. No puedo alimentarme de pitilleras o gafas graduadas, tampoco de aromas a albaricoque o hierbabuena. Prosigo mi camino.

Guilhaume Santana es joven; es joven y se está abrochando la camisa. No sabe que está siendo observado. Su compañera, Laia Baltar, tampoco ha notado nada. Unos cuantos metros más allá, un brillo llama mi atención. Dejo de observar los atrayentes labios de Guilhaume, su pelo negro como la pez, dejo de observarle a él durante un momento.

Eran cuatro y absolutamente perfectos. Sé que otros muchos hubieran querido estar en mi lugar en aquel instante y aquel pensamiento me presionó. Un nerviosismo fugaz se apoderó de mis translucidas entrañas, se aproximaba un momento tan pleno y trascendental para mi existencia vagabunda que cualquier fallo insignificante, propio o ajeno, me devolvería al vacío contaminado en el que había estado dando tumbos toda la vida.

Entonces, Guilhaume y Laia se acercaron, acompañados de dos hombres más. Con un cuidado y precisión casi ensayados se llevaron los instrumentos uno a uno. Me asomé por un tímido hueco entre bastidores: un centenar de personas, junto a sus sombreros y visones correspondientes, se intercambiaban sonidos ininteligibles para mí, como jugando a los cromos. Todas las butacas estaban ocupadas y no pude evitar sonreír, a mi estilo, al ver lo que parecía un niño del revés sobre una de ellas, compartiendo con el resto del público la redondez anatómica con la que le había dotado la naturaleza.

De repente, fui consciente de la situación: tendría que compartir mi banquete. Instantes después la luz se atenuó; oboe, trompa, clarinete y fagot despertaron. Disfruté recorriendo sus recovecos, nutriéndome de sus agudos y graves. Hasta que todo acabó con un mar sordo de aplausos.



13 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no acabó,sino que se levantaron de sus asientos y siguieron aplaudiendo tan original sinfonía de brisa acústica. Ya darle forma al aire es dificil,pero además le das vida,siente,se emociona, y adora la música! Una idea muy original Kloverina y mejor llevada a cabo.
Se respiraba en la sala aire puro.
Genial! Un abrazo enorme!!

Jara dijo...

Me encanta. Esas ideas que salen de tu cabeza a la hora de escribir. ¿me las prestas? Por que como ya te he dicho 2500 veces es pura originalidad pasarse a leerte!! Envidia sana la que se siente (la que siento).

besotes guapa. Y suerte con los exam!

Anónimo dijo...

¿Te he dicho que me encantan los aplausos? jejeje

Muy intenso tu relato, me dá la sensación de que pasan muchas cosas en poco tiempo.

Saluditos!

Anónimo dijo...

Hola! me ha gustado tu cuento,
gracias por pasar por mi espacio.

Saludos!

Anónimo dijo...

Menos mal que aún no se ha inventado el bicarbonato para los atracones de buena música ;)))

No, no se nada...así que ya me lo estas contando¡¡¡¡¡¡¡¡¡ jajajaja.
Lo mío con Mr Bale, es sí o sí, en esta vida o en la otra (mejor en esta xd) llevo dos décadas colgada de ese perchero...no creo que se me pase ya jajajaja.

Besosssssss

Ricardo dijo...

No voy a ahondar en comentarios. Sólo diré:
Está escrito de puta madre, del carajo.

Gracias a vos por la frase.
Cariños desde el sur del planeta.

Anónimo dijo...

Escucha la voz en off!!
"Voy a aprobar!!" Que sí, que tienes que tenerla, ya verás, connncentraciòn!!
A por los exámenes!!!!
Un abrazo enormeee!!!

Miriam dijo...

Me has hecho meterme totalmente es escena!!! No se como lo haces pero siempre me dejas con la boca abierta ;)

Petit Bonbon* dijo...

Te dejo mi comentario antes de irme a dormir.
Me encanta como escribes,y este relato en especial,es muy bueno.Tambíén a mí me has hecho meterme en situación.

Un besazo enorme Cris^^

tormenta dijo...

jo nena, qué bueno. admiro mucho tu destreza narrativa, esa soltura llena de elegancia...y la historia,¿qué decir? la perspectiva desde la que lo tomas es muy original.
me he enamorado, como de costumbre
un besazo.
pd. respecto al fin de semana del 1 intentaré pasarme, pero todavía no sé nada :/, lo cierto es que me atrae el plan.

Carabiru dijo...

Oh Klover!!
Te has superado! Es realmente fantástico!
Me ha hecho sonreír imaginármelo.

(No he podido resistir la tentación de escribir con tu frase esta semana, :P era tan evocadora!!)

Laura Luna dijo...

Joer, lo que me he perdido todo este tiempo :) Un relato-fotografía perfecto. Vas perfilando tu estilo cada vez más, y haciendo de tu literatura pura poesía personal. Además, nunca estás falta de ideas.

Al final, te odiaré :P

Un besote muy grande,
Mun

JT dijo...

Precioso relato.

Me quedé con ganas de hacer algo con esta frase, así que te la dejo a deber como regalo atrasado de cumpleaños ;)

El cuentacuentos doce está reservado, no se siente ahí, no señora, le digo que pase directamente al trece...

N'abrazo