jueves, 25 de marzo de 2010

Consílium I

¿Prohibido sentir?


Intimidades flamencas


Incoherencias


El sabio ciclo de la cerveza


Operación bikini


Barceloneta


Gama postal


¿Bar...Cristales Rotos?

La fotografía siempre me ha parecido un pseudo-universo fascinante y realmente creativo si caes en la casilla propicia. La pena es no tener conocimientos técnicos ni medios materiales más allá de una cascada y normalucha cámara digital sin más valor que las historias que cuenta, contó y contará. Y como me he propuesto* seguir en mi tentativa de cumplir proyectos* que menos que establecer un reto: llevarme la cámara a todos sitios durante los próximos tres meses, con la molestia de gramos y el serio gasto en pilamenes que el plan* supone. Así me será más fácil captar al vuelo ciertas realidades que blablabla... Creo que se entiende. Y bueno, se supone que estos diminutos esfuerzos traerán resultados fotográficos de vaya a usted a saber qué calidad.

A mi solo me queda soñar con un buen equipo fotográfico (mi actual máquina está para el arrastre -bis- en parte por culpa mascotil en parte por mi soberana brutalidad) y viajes donde usarlo.

*Voy a terminar odiando todas esas putas (¿véis?) palabras que empiezan por "p"... todas de la misma jodida calaña.

Consílium de nivel 3

domingo, 21 de marzo de 2010

Consílium



Últimamente me alimento de proyectos, pero no termino de hacer bien la digestión. Necesito un auto-empujón de cierta contundencia.

Una táctica que quizá pueda funcionarme es la de contarlo al mundo. Cuando el fumador quiere dejarlo, cuando se toma la decisión de quitarse seriamente la lorzas de más... (los ejemplos puestos son tópicos hasta decir basta, lo sé, la cosa es que quede claro...) ¿qué es lo que, quizá, nos reconcome cuando ya hemos pasado la etapa del autoconvencimiento férreo? ¡Bingo! El habérselo contado a una tercera persona, la necesidad de no revelar al exterior nuestro fracaso. Porque si ese propósito lo hubiéramos guardado en secreto al llegar el momento de dejarlo abandonado a su suerte, solo tendríamos que hacernos cargo del peso de nuestra conciencia, que en según qué situación o si nos hemos "acostumbrado" a ello, puede no ser demasiado insoportable o, al menos, no lo suficiente.

Cumplir proyectos me supone (como a cualquier hijo de vecino) un cacho de felicidad y eso es lo que a estas alturas persigo, aunque sea a trozos. Tardaré lo que tenga que tardar, no me voy a dar prisa. De algo me tendrá que servir la cabezonería, así que cualquier proyecto que desfile por aquí, sea minúsculo o el súmmun de los proyectos, acabará cumpliéndose. Éste es el primero de una serie de posts de la misma temática.

jueves, 11 de marzo de 2010

¿Cómo sería?



Si yo viajara a Barcelona, ¿cómo sería?

SOL, casi nieve, gran anfitriona, Miet, vodka negro, bombones, primas grandes y pequeñas, Punto, una niña que se cree gato, pensamientos, Gaudi, cuestas en bus, periquitos, Cuentacuentos, familia, maratón, teleférico, ático, Oscars, donuts de chocolate, Kukuxumusu, camareros chinos, camareros catalanes majos, camareros italianos bobos, botellines de cerveza, ensaladas con mucho arte, curry, Bharma, conejos pelirrojos, mar, abuelos en patines, chupitos, Fortuny, cerveza china, ideas de pollo, tórtolas, indeseada canela, porros, Barceloneta, tréboles, burbújas, Gótico, teléfono impagable, plaza de toros, los cheetos más caros del mundo, galletas dietéticas de aeropuerto, figuras en la arena, muchas fotos, cocktails, Santa María del Mar, una francesa a la que espabilar, pintores del Pi, bosque carero de las hadas, castillo de Montjuic, el camello, una maqueta de tren, tres camas y sobre todo... un chico de vacaciones.