domingo, 26 de abril de 2009

"Sin título"

Entrada un tanto insulsa escrita deprisa y corriendo para participar en cierta propuesta; si en mi blog se utilizara a menudo la palabra "mierda" esta sería una buena ocasión. Pretendía tener continuación pero, sinceramente, el tema me parece tan manido y tengo tan pocas ganas y tanto que hacer (gracias, universidad) que no creo que eso ocurra.

.

Las palabras llegaron, como si tal cosa, cuando dejó de buscarlas. Había pasado semanas tanteando sin éxito, ya que cualquiera de los momentos que surgían no parecía el oportuno. Por fin se armó de valor y lo soltó sin rodeos, como aquel que cuenta con desparpajo cualquier anécdota relacionada con matar mapaches con escopeta (hecho muy usual en el condado).

Henry esperaba la reacción de su esposa con inquietud pero la respuesta fue toda una sorpresa. Ella había respondido asombrosamente bien y por lo visto había logrado convencerla sin formar una bolera de cabezas rodantes (aunque solo se pudiera dar el caso de que fueran dos).


-Me quedaré el tiempo justo hasta atraparlo que, según mis cálculos más optimistas, no será más de dos semanas.

-Como ya te he dicho Henry, no tengo por que ponerte ninguna pega, pero no hagas el cafre y eso sí, no me pidas que te acompañe aunque sepa a ciencia cierta que no es lo que pretendes –bromeó Rose que conocía de sobra la obsesión que Henry atesoraba desde que era un chaval. Cincuenta años más tarde, podía ver sin dificultad a aquel mismo jovencito ilusionado, con la misma sonrisa bobalicona a través de un cuerpo estropeado y panzudo de mecánico jubilado.

Henry le propinó un brusco y descoordinado beso en la mejilla, con tanto ímpetu que Rose tuvo que apartarse un poco para no recibir un cabezazo. En poco menos de media hora el anciano había sacado del garaje todo lo que consideraba necesario y lo había metido en la parte trasera del todoterreno junto con dos cajas enormes de comida en lata.

-No tengo tiempo que perder querida, no tengo.- masculló torpemente Henry mientras aposentaba su raro trasero entrado en edad, que le hacía parecerse cruelmente a un pato Donald un tanto descuidado. De hecho, si la cara de una persona pudiera parecerse minimamente a la de tal animal palmípedo, el de Henry sería el rostro que más se acercaría a tal logro del mundo.

-Llamaré de vez en cuando a Ted para que me dé noticias tuyas y si alguno de los niños viene de visita les mandaré a echarte una mano ¿qué te parece?

-No hará falta, querida. Volveré con él sin ningun tipo de ayuda, ya lo verás.- de pura emoción Henry temblaba y actuaba con mayor torpeza por lo que ahora si que era inevitable verle como una especie de hombre-pato gigante. No solo cualquier desconocido lo pensaría, de haber estado allí, sino la misma Rose, su esposa, no pudo evitar convertir los dos "toques de clacsón" que su marido lanzó a modo de despedida en un chiste sonoro privado en forma de graznidos de pato, por lo que la risa tonta inundó sus facciones (¡quack! quack! a ti también, Henry, ¡quack!¡quack!)


Unas cuantas horas después Henry bebía cerveza dentro de una tienda de campaña frente al lago. Su temperatura no era la idónea por lo que sería mejor ir metiendo a las truchas y a las colmillejas (que traía en una especie de piscifactoría de andar por casa) al día siguiente, cuando el agua se hubiera calentado un poco. Por la mañana, todo cambiaría: aquella zona del lago se infectaría de pequeños peces introducidos al agua por Henry y su objetivo acudiría en cuestión de minutos a por tal manjar. Aquella bestia podía engullir toneladas de peces en una sola semana y Henry, que había estudiado su gustos alimenticios con tacaña precisión, sabía que no podía haber elegido un menú mejor. Entonces, mientras el gran pez engullía con ansia su particular banquete, él se metería al agua helada provisto de un traje de neopreno y se limitaría a permanecer muy próximo al animal. Repetiría la operación durante semanas hasta que la criatura se acostumbrase
a su presencia e iría ganando poco a poco su "branquial" confianza...




pd: es tarde y los ojos me hacen chiribitas; para haber vuelto a reanudar el blog creo que ya está bien. Próximamente más, para quien le interese.

sábado, 25 de abril de 2009

Casi año sabático


Todo blog necesita un descanso (mentira; es solo una excusa xD) y el mio parece haberse aburrido ya de él, así que vuelta a las andadas. Quizá no tan asiduamente como antes, pero si de vez en cuando. Pronto tendréis noticias mías.





¿La foto? Puesta impulsivamente... Reflejo de dos langostillas felices...