Dos líneas

No quería irme a dormir sin escribir algo en el blog. Los dos temas estrella patalean y empujan para que los nombre (una baila y otro vota); yo solo quiero escribir. Lo más seguro es que me salgan dos líneas, aunque no prometo nada.

Dos observaciones que quiero compartir con vosotros, la primera: quizá mis ojos los busquen y los salven de la marabunta de razas que pasean por las calles pero, aparte de atraer famosos como moscas (creo que esto es, más bien, cosa del mono XD), últimamente no hago más que ver bulldogs franceses (caos de plurales, dudo de que ésta sea la forma correcta de decirlo…) aquí y allá. Me pasa en Madrid, me pasó en Barcelona…De algunos tengo foto (me da por pedirle una a los dueños) mañana si hay tiempo las adjunto (cuando recuperé mi mochila, que la he perdido pero esa es otra historia; si, la mochila faralae, esa). Mi adoración por estos animales se ha extendido, parece ser (y sino, veáse el amigo de Berto de pasear al perro, curiosa coincidencia).

La otra plaga (dicen que nuestra generación sufrirá una alarmante oleada de hipoacusias y sorderas precoces y agudas) no es otra que los centros auditivos. Como logopeda en potencia se escuchan muchos comentarios al respecto por parte del gremio. De hecho, título bajo el brazo, mis compañeros y yo tenemos muchas papeletas para acabar en uno de estos peculiares lugares. Fijaos bien, pronto habrá tantos como -me gusta exagerar- farmacias.

Con que dos líneas, ¿eh?

Cuatro…el robocó…