lunes, 16 de julio de 2007

Pastillas para sí soñar

Cuentacuentos 22

Mi primer cuento por estos lares:


La fábrica de sueños cerró por vacaciones. Como todos los veranos, la mujer llenaba la ciudad de carteles dorados que lo anunciaban.

Durante siete días los habitantes de Dicomano, la única ciudad del mundo con una fábrica de tales características, sobreviven sin sueños. Cualquier otra persona es capaz de soñar sin ayuda, simplemente su mente está configurada para que, de forma natural y sin ningún tipo de artificio, los sueños desfilen cada noche por su cabeza. Cualquier otra persona menos un dicomano que sufre un extraño mal que transmite de generación en generación; hace mucho que perdieron esa capacidad y dependen de las caras pastillas personalizadas que fabrica una empresa especialista en la creación de sueños.

Todo empezó el verano de 1808. Dicomano, que por aquel entonces era una ciudad como cualquier otra, con personas capaces de soñar por sus propios medios, estaba en fiestas. Era la última noche de feria y todo transcurría con total normalidad. O eso parecía.

En otra época del año hubiera sido casi imposible que ningún extranjero lograra entrar sin verselas con los vigilantes. Por extraño que pareciese, ya en pleno siglo XIX la ciudad no había crecido lo suficiente y seguía utilizando la antigua muralla y el tradicional sistema de impuestos para atravesarla. Pero en fiestas los controles se relajaban y...¿quién iba a sospechar de aquella preciosa niña de ojos grises?

De repente la ciudad se llenó de un humo blanco y brillante que pronto llegó a todos los rincones. Era imposible escapar de él; al respirar aquel polvillo blanco como la nieve el cuerpo se congelaba. La niña esperó paciente a que todo aquel que se encontrara en Dicomano hubiese quedado petrificado. Con toda tranquilidad se fue acercando a cada una de las improvisadas estatuas humanas: un suave golpecito en la nuca bastaba para que una pequeña esfera de color dorado saliera flotando del interior de cada uno de los presentes. La niña las fue metiendo en una botella diminuta que siempre parecía tener hueco para una esfera más y se marchó de Dicomano con la misma tranquilidad con la que había llegado.

Al cabo de unas horas la ciudad despertó. Nadie recordaba lo ocurrido y tampoco notaron nada extraño en su interior, así que prosiguieron con sus vidas como si nada hubiese sucedido. No notaron nada...hasta que llegó la noche y con ella una poderosa e inexplicable sensación de vacío.

Pocos días después llegó a Dicomano una hermosa mujer de ojos grises que compró la antigua fábrica de harina y colocó en su fachada un cartel con letras doradas:

"Se venden pastillas para sí soñar"

Plaza de Dicomano (La Toscana; Italia)

13 comentarios:

Carabiru dijo...

Nota mental: desconfiar de niñas de preciosos ojos grises.

Está bien, la verdad, casi me imagino ese polvo blanco como una sustancia estupefaciente que los ha vuelto adictos a esas pastillas...

Anónimo dijo...

¿Qué mal rollo, no? Y parecía buena la niña... Espero que jamás nos quiten nuestros sueños, son muy importantes, y quiero segui teniendo mi propia fábrica ;-).
Besitos.

Anónimo dijo...

Me he quedado con ganas de saber más ¿qué pasa durante esos días sin sueños? ¿alguien de Dicomano es capaz de soñar? ¿la fábrica adultera las pastillas? ¿la Dueña consigue que todos sueñen lo mismo?...
Supongo que son demasiadas preguntas sin respuestas

Luz de Luna dijo...

Pués yo tengo más...¿Son sueños agradables garantizados?,¿tiene contraindicaciones?, ¿a cuanto vá la pastilla?...je je. Muy originál el cuento y ¡bonita casa nueva!. Salu2.

Anónimo dijo...

Tengo una duda: ¿las pastillas esas... se venden por correo?, ¿puedo encargar unas cuantas? ;)
Me ha gustado mucho. Un besote y bienvenida a blogger!!

Pugliesino dijo...

Hablaba francés ? Porque por ese año fijo que sería una napóléonica :)
Se apropiaron de los niños, y ahora de los sueños! Seguro que serían pastillas de Lancôme xD
Original y preciosa historia Cris El escenario descrito en conexión con los personajes trasmite entre líneas el apunte histórico encajando en todo momento con la fantasía que envuelve el cuento, lo que lleva a transformarlo en leyenda!!
Un abrazote!!

Por cierto no tendrán pastillas para dormir no? :) Siessjke con estas temperaturas es imposible hasta soñar!!

atenea dijo...

Tocaya!!! Lo primero bienvenida a blogger :)

Y la historia me ha encantado... Madreeeee ¿cómo se te ocurrió?pastillas para soñar... se forró la tía eh?? Yo quiero saber cómo se hace, lo intentamos? jajajaja

Si es que ya lo dicen por ahí... "las apariencias engañan"

Un besazo!

Óscar Sejas dijo...

Esa mujer sabía lo que era el marketing puro y duro, vió la oportunidad de forrarse y allá que fue.

Aunque los sueños deberían ser gratis y sin necesidad de receta médica. Bueno, a falta de pan, buenas son galletas.

Buen cuento.

Un abrazo

Anónimo dijo...

de tó tienen que sacar dinero... me ha recordado a momo... tiene ese no-sé-qué de los cuentos, pero un final tan así... podríamos tener una segunda parte en la que l@s niñ@s salven el pueblo?
un abrazo

Anónimo dijo...

alé! da gusto cuando la gente tiene ganas de escribir! jaja.. muchas gracias por tu pedazo de comentario... lo de l@s niñ@s, es por l@s niñ@s del pueblo. no sé, como que siempre pienso que l@s cachorr@s están fuera de ese marketing. o al menos no lo necesitan tanto... e imaginaba que l@s niñ@s de Dicómano pudieran salvar la fábrica o algo así, para que nadie pudiera vendernos nuestros sueños.. en fin, un raye como otro cualquiera. un beso grande

Pedro dijo...

Terrible, jamás imagine al demonio con ojos grises hasta hoy. Me ha gustado el cuento, tiene un toque de fantasía rosa, pero engaña porque la historia es de horror ¡Tener que comprar sueños!


Un abrazo,

Pedro.

Darka Treake dijo...

Qué bueno, Klover, me ha gustado mucho!!

Maldita industria farmacéutica. Esto es una fábula o un cuento, pero apuesto a que lo que cuentas ha sucedido en al realidad alguna vez...
O lo mismo con los antivirus informáticos, primero lo propagan y después quieren venderte el antídoto...
Sociedad corrupta e inmunda...

jejjee

Bueno, me ha gustado mucho tu nueva casa, te parece si nos linkeamos?
Y sobre todo el título: La vuelta al día en ochenta mundos...
Muy original!!

Mucha suerte y longevidad en estos lares... ;)

1bsito
Darka.

Nos leemos!

alguien dijo...

Ole, pedazo de cuento que me ha gustado, y yo estuve en la Toscana *.*
Mi primer comentario en tu blog de blogger, wee)
besos!!