miércoles, 11 de agosto de 2010

Bous estafats




Entre pitos y flautas, todavía no había dicho ni mu (no pretende ser siquiera juego de palabras, ha salido solo) sobre el tema, tema que me enfada mucho, de la prohibición de "ciertos" toros en Cataluña. Todo el mundo parece estar entusiasmado (aficionados al salvajismo aparte, claro está), lo cual me hace dudar un poquito más de la humanidad y de sus luces.

¿Qué pasa cuando un resultado es catalogado de "bueno" pero las razones difieren? A mi me hace sentir estafada y desilusionada. Lo que se ha decidido nada tiene que ver con la salvaguarda y el respeto hacía el resto de animales, sino a puro y duro interés.

Si la tauromaquia fuese catalogada como altamente representativa de Cataluña, nadie la hubiera prohibido. ¿Acaso no siguen ahí, intocables, "costumbres" catalanas que poco difieren en salvajismo, como los "bous embolats" de los cuales circulan rumores, incluso, de alzamiento a "bien de interés cultural"? Estoy muy decepcionada al respecto, aunque era de esperar; todo esto me enerva. Y me parece muy hipócrita prohibir unos y otros no. A los animalistas los políticos nos han colocado con el culo en pompa, nos han usado de marionetas políticas y la mayoría están tan contentos y campantes, ensalzando a Cataluña a los altares de la sensatez, la justicia, la racionalidad y ni se sabe cuántas "altitudes" inmerecidas más. Habrán dado el primer paso para la abolición, pero lo han hecho porque "les venía de paso". Han usado de manera interesada y sucia una causa noble, se han aprovechado. Si lo realmente importante es la protección animal, que sean consecuentes.