martes, 29 de enero de 2008

Avalancha



No, no hablo de exámenes. Le das a un botón y las cosas se desbordan. Quizá necesite tenerlo todo demasiado atado, quizá sea dada a intranquilizarme con facilidad (¿quizá?). La medicina es la calma pero... ¡quiero guerra, subidones y despegues! Aires de cambio.

Hay estrés, un estrés raro que no tiene que ver con la época febreril (los exámenes hay que atajarlos tranquilamente y no me asustan...por lo menos los que me quedan...) Sensación: tengo una lista imaginaria de tareas que tachar, lo absurdo es que me queda por descubrir cuales son esas tareas.

Busco algo diferente, algo con lo que deshibirme, en lo que creer y huir despaborida de las falsas apariencias. Cambios.

Tendréis fotos y crónica...;)
Lo complicado será atinar con el traje ^^

sábado, 26 de enero de 2008

Par de calcetines



Al ritmo de carnaval, carnaval…este año toca travestirse. Somos conscientes: está muy visto y no pretendemos ganar premio alguno, pero va a ser un despendole, eso no nos lo quita nadie. A ellos les tocará sacar armas femeninas de los escondrijos más oscuros taconazos de por medio (aunque solo sea por esto, no me lo pierdo…). Nosotras nos convertiremos en seres atestosteronados (el atestosteronador que lo desatestosterone…) de andares a lo John Wayne…
Reciclaremos la idea de partida (que no sé si soltar que el plagio está a la orden del día…^^ -si alguien tiene mucha curiosidad que me lo diga y se lo cuento por mail…) para futuros febreros…

De momento ya he localizado un buen par de calcetines que acoplarme al pantalón…y como no, ideas para caracterizar al personaje de la forma más realista posible…todas las que queráis…

La ropa de mi hermano ya tiembla…




jueves, 24 de enero de 2008

La niña de la matrícula



Sé que no debería darme este auto-bombo pero...es la primera y última vez en la vida y no se puede evitar que haga ilusión. Además, con un poquito de mano izquierda la circunstancia se puede explotar, de momento espero que me dure unas cuantas semanas. "Cris, anda, bájate a por no se qué..."...la niña de la matrícula con sonrisa socarrona..."Cris, estás de exámenes...¿que es eso de irte a dormir a estas horas?...la niña de la matrícula......"Cris, Bea se queja, con razón, de que el cuarto parece un mercadillo"...la niña...

El hueso por excelencia ha caido. Psicología del lenguaje (la mitad de ella al menos) ha sucumbido y es que, aunque haya suspendido, el numerito sacado me da opción a currarme un trabajo para aprobar ^^ Erasmus, cada día estás más cerca...

Por lo demás, tengo el culo como una piedra (con perdón, sé que no os lo esperábais...) y las agujetas están en la sala de espera...Pero quien algo quiere...Por lo pronto me estoy acostumbrando a correr entre 30 y 40 minutos al día y hoy me he pasado con las maquinitas de musculación... Le estoy cogiendo gusto, qué se le va a hacer...Lo dicho, que tengais paciencia...esto, con un poco de experiencia, irá rodado (o algo parecido).

¿Estoy dejando caer muchas coletillas? "Por lo demás", "por lo pronto", "lo dicho"...me queda meter el clásico "poco más" y el "en fin"...

Mañana tengo Móstoles...(a las 8 de la mañana que creo que todavía es de noche...e, inconsciente de mi, sigo pululando por aquí) espero que el sueño no me haga dar volantazos...^^

Y creo que nada más ;) ¡Buenas noches!


miércoles, 23 de enero de 2008

Origami papers



Me propuse escribir más, no medir tanto -si, de eso iba la entrada cifrada de hace unas semanas ;) – y no lo estoy cumpliendo (en parte por la época de "chutarse" de apuntes a mansalva, en otra por que impone…, o por lo menos a mi, comenzar a darle un giro al tringlao, que siempre ha sido un lugar de relatos a cuentagotas). Me va a costar, así que quien me lea que tenga un poco de paciencia.

Acabo de apagar la tele –no la veo casi nada pero estoy enganchada a…bueno, de esto hablaré otro día ;)- y me han entrado ganas de apretar teclas ;) Se nota que no tengo experiencia con esto, de repente me quedo en blanco y no sé como seguir...

Proyectos para dar y tomar; es una sensación realmente extraña sentirse con tanta fuerza y seguridad, con tanto por hacer y qué seleccionar. Es placentero y agobiante a partes iguales (me estoy controlando para no poner tanto la palabra “parte”). Te espera algo y sabes que vendrá, tiene que hacerlo pero no termina de suceder. Me acuerdo de una canción…¿Los que tienen prisa nunca ven el cielo?

Hoy ha sido un día normal: sesión de autoescuela (no puedo evitar agobiarme, sentir que me he estancado), biblioteca, sesión de Sabina, biblioteca, sesiones varias de autobus, gimnasio…que interesante, ¿verdad? Sed buenos, estoy empezando con esto de contar y contar ;)

Un día de estos (semana arriba semana abajo) volveré a actualizar: puede que con la continuación de Ganda, algo de neuro, lo que sea…

¿No os da la sensación de que esto ha quedado un poco…formal? Lo dicho, paciencia…

Por cierto, el título de la entrada me lo he medio sacao de la manga...mañana quizá descubrais porque...


miércoles, 9 de enero de 2008

Ganda



Sentía su respiración a través de la madera. El resto dormía sin pensar siquiera en él, sin ser siquiera conscientes de su presencia al otro lado de la pared, como si hubieran borrado el detalle de su memoria, un autoengaño que les evitaba muchas horas de insomnio. La única ventana estaba entreabierta y la oscuridad brillaba y absorbía cada rincón del minúsculo cuarto. A mi lado Gabriela y Elena, las dos ayudantes de cocina, dormían abrazadas y Martín, un aprendiz de unos quince años roncaba toscamente. El cuarto no aceptaba un alfiler y en él todos dormían, menos yo y mi mano que jugueteaba con un trozo de cuerda deshilachada, al ritmo de la respiración pausada que recorría mi espalda apoyada en la pared.

El capitán nos había asegurado que le tenían encerrado en el otro extremo, encadenado por los grilletes más seguros fabricados hasta el momento, junto a uno de los almacenes, pero yo sabía que no era verdad, que estaba tras la madera en la que me apoyaba, en la habitación contigua, a escasos diez centímetros de mi piel. Sin embargo y por extraño que pudiera llegar a parecer, no le temía, como le ocurría al resto de mis compañeros. Ni uno solo de ellos se acercaba al lugar indicado por el capitán, que era donde supuestamente tenían a la bestia, si no fuera siguiendo órdenes y nada más oír hablar de la criatura bajaban la mirada, clavaban las pupilas a un punto fijo y apretaban los labios hasta hacerlos desaparecer como un fino hilo entre sus bocas. Algunos acompañaban este ritual del miedo con sudores y temblores de lo más curioso, tartamudeos y respiraciones entrecortadas.


Pocos en el barco lo habían visto realmente y todo respecto al animal, ya fuera su aspecto, sus costumbres o su carácter, estaba distorsionado por la leyenda y las habladurías que se habían creado en torno a él. Yo me encontraba entre los afortunados que lo habían tenido delante de los ojos; decirlo solo me metería en un enorme lío. Desde Lisboa habían llegado órdenes: nadie salvo el capitán y cuatro de sus hombres, elegidos expresamente para el cuidado del animal, tenían permiso para hacerlo. El resto de la tripulación tenía prohibido mirarle, lo que, sin duda, no resultaba un inconveniente ninguno para nadie: cualquier brote de curiosidad había sido fulminado por el fuerte sentimiento de terror que el animal despertaba o que se habían dedicado a despertar.

Continuará

domingo, 6 de enero de 2008

Reconstrucción de intenciones


Deshacerme del filtro, esa es la intención que merodea altanera por los pasillos de mi cabeza. No es una intención de año nuevo, más que nada porque no creo en ellos. Parece firme, quizá se quede en eso y se derrita como tantas otras. Movimiento.